La evolución de los anónimos.

Desde el principio del blog hemos podido ver como los anónimos han ido cambiando los argumentos sin dejar de lado el infalible "gorda-amargada-envidiosa".

En un principio no pasaban de insultos, amenazas y el trío infalible.

Luego conocimos antibiógrafas y piratillas informáticas varias bastante chistosas.

Los anónimos abogados de pacotilla que amenazaban con denunciar cada una de las cosas que escribíamos porque eran supuestos delitos también tuvieron su minuto de gloria.

Hemos tenido y tenemos grupos de presión que concentran sus esfuerzos en hacer creer a alguna de las Marlela´s que estropea el blog, intentando hacer creer que éste nuestro blog les mola pero que por su culpa mola un poco menos.

No puedo no nombrar a una soñadora que tuvimos hace poco, habitante de los mundos de yupi.

Y vosotros me diréis, "pero Marlela, ¿es posible que los anónimos sigan inventando?" y yo os digo "sí, queridos míos", porque desde hace un tiempo sufrimos anónimos que no siguen a las eb, o no les gusta la eb protagonista de la tertulia, pero se meten aquí a dar por saco.

No les gustan, no las siguen pero saben de ellas y las defienden. Que honorable y desinteresado por vuestra parte, pues sin gustaros ni seguirlas sabéis de ellas y de nosotras.

A la bruja Marlela no le gusta, por ejemplo, los realities, así que ni idea de lo que dan, ni idea de si hay blogs que hablan de los concursantes, qué decir de si entro en dichos blogs a leer y defenderlos.

Así que, anónimos del mundo, si no os gustan las eb, ¿Para qué entráis? A mí por lo menos me gustan los egoblogs. No seré yo quién os diga qué hacer con vuestro tiempo, dios me libre de tal responsabilidad.

Pero no le termino de ver el sentido, llamadme malpensada pero juraría que sí os gustan, y que intentáis tener un poquito más de credibilidad haciendo creer que no.
Y el blog de ortografía es un par de blogs más arriba, que aquí somos todas tontas y no entendemos nada de eso.

¡Ah! y no os olvidéis de votar en la encuestilla, que seguís siendo siete mataos, contra las 115 personas que piensan que lo que hacemos está bien y las 93 que a veces está bien y a veces mal.